Spanish AbstractLa mediación aparece hoy como la estrella emergente en el firmamento de los MASC, como reflejo y ejemplo del cambio de paradigma de justicia al que estamos asistiendo. Una institución que va a exigir al operador jurídico “desaprender” la realidad jurídica sobrevenida para valorar, con realismo, valentía y en condiciones de igualdad con la justicia estatal, su eventual utilización como medio de resolución de controversias alternativo a la justicia estatal.Para su consolidación resulta imprescindible vencer todos los escrúpulos y prevenciones que acompañan a los justiciables y, también, a muchos operadores jurídicos. Evitando, además, su visualización como una justicia de segunda clase, subordinada, en última instancia, a la voluntad de las partes en cuanto a su cumplimiento. Su éxito dependerá en gran medida de la capacidad de darla a conocer a todos ellos y, también, directamente de la facilitación de la ejecución del acuerdo alcanzado por las partes en el marco de una mediación. En esta tarea, Iberoamérica ha optado por dotarle de fuerza ejecutiva directa, y/o atribuirle efectos de cosa juzgada, en manifiesto contraste con lo que ocurre en otros muchos lugares del mundo en que el acuerdo es sometido a la exigencia de homologación por una autoridad pública. Una y otra son posiciones que cuentan con argumentos a favor y en contra. Y con sus críticas y virtudes, facilitan en última instancia el conocimiento de la institución, y su consolidación en el panorama normativo comparado.English AbstractMediation/conciliation appears today as the emerging star in the ADR firmament. An institution that will require the legal operator to change his/her mind in order to assess, realistically, courageously and on equal terms with state justice, his/her prospective. However, for its consolidation, it is essential to overcome all the scruples and precautions that accompany the lawyers, the parties and, also, many legal operators. Overcoming, its consideration as a second class justice tool. Its success will depend to a large extent on the ability to make it known to all and, also, directly on facilitating the enforcement of the settlement reached by the parties within the framework of mediation/conciliation. In this task, Latin-America has a unique situation in so far many countries have chosen to grant direct enforceability and/or attribute res judicata effects to the settlement, in clear contrast to what happens in many other parts of the world -e.g. the EU- where the agreement is subject to the requirement of approval by a public authority, either a judge or a notary
